Monstruitos


Hoy he dejado a Lola en su terrario y he salido a trabajar fuera, con los niños. Esos pequeños monstruitos son como una inyección de vitalidad, te obligan a ver el mundo desde su perspectiva, y esa panorámica es inmensa. Pasar con ellos unas horas es como subir a la cima de una altísima montaña, agotador, pero muy satisfactorio.

Son los seres más inteligentes y sorprendentes que conozco, divertidos, ocurrentes, locuaces, ingeniosos… nada de lo que veas después puede sorprenderte tanto como la respuesta de un niño. Siempre cuento lo mismo cuando hablo de su inteligencia, aquella vez que mi primo Raúl, con cuatro o cinco años, me preguntó a dónde van las personas cuando “se rompen como los juguetes”.

Yo, queriendo no presionarle en sus creencias, le respondí que cada cuál va donde quiere, que hay quien va al cielo, pero también quien acaba en un bosque, en el desierto, en la luna o en ninguna parte. Con sus enormes ojos azules me preguntó “¿Y tú dónde irás cuando te rompas?” “Al mar”, le respondí yo. “Pues yo cuando me rompa iré al río, y así al llegar al mar me encontraré contigo”.

Llevo sólo un mes dando clases de teatro a mis inteligentes monstruos -que lloran, gritan, se pelean y corretean sin parar por el aula- y ya les adoro. No sé si yo sirvo para enseñarles algo, pero ellos desde luego sirven para enseñarme a mí. Saben cuando estás mal, cuando estás alegre o melancólica, saben hacer reír y saben retarte en duelo a muerte, saben crear y saben imaginar mejor que tú, son todo lo que les pidan que sean: actores, policías, locos, inventores, caperucitas y coches de carreras. Puede que a veces este trabajo te supere, otras veces te sientes una persona realmente afortunada por poder compartir unos meses de tu vida con gente capaz de preguntarte aún “¿Y tú, qué quieres ser cuando seas mayor?”

Yo quiero seguir siendo lo que soy. Y quiero escribir. Y quiero hacer teatro para quien realmente lo necesite. Y quiero ir a la luna y volver cargada de piedras de meteorito que saben a fresa para regalárselas a los monstruitos.