Principio de incertidumbre

Colisión de particulas subatómicas

"Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos…" Rayuela. Julio Córtazar.


Cuando terminas de leer un libro entiendes que el libro no existía, si no que lo único real era tu mirada leyendo ese libro, una mirada única, excepcional e instantánea. ¿Cuándo se acaba la vida pasa lo mismo? ¿Será la muerte sólo la certeza de que tu vida no existía si no en la mirada de los demás?

“El mismo acto de observar cambia el objeto observado” reza el Principio de Incertidumbre de Heisenberg; cierto que estaba hablando de un universo atómico y subatómico que yo no entiendo, pero a veces tengo la sensación de que la Física sirve más a sus profanos que a los propios científicos… Para mí la Literatura se basa en la mentira. Así lo entendí con Rayuela hace unos años, y día a día corroboro que la Literatura, como la Vida, es una maravillosa mentira que se genera en la retina (a su vez inexistente) del observador. Quizá el amor sea también una mentira genial que no existe más que en el hueco que se genera entre dos cuerpos. Por eso los cíclopes. Por eso la Física explica mejor el amor que el Amor mismo.


Porque este mismo “principio de incertidumbre” afirma que podemos conocer la posición de una partícula con precisión, pero si tratamos de medir a la vez su velocidad, estaremos fallando en la situación que antes le atribuíamos. Es decir, que no sólo el observador modifica el objeto observado, si no que si intenta medirlo de alguna forma, con algún parámetro, estará obviando otra variable que lo define y así, resulta imposible definirlo del todo… De hecho, en el mundo cuántico, una observación demasiado precisa de una partícula puede incluso destruirla.

Los amantes, de cerca, descubren que eran monstruos, contrahechos, fingidos y retorcidos: hombre y mujer sin más; constatan su ser voluble, cambiable y manipulable. Y aún así se aman. Eso es mecánica cuántica, seguro.