Alicia


Últimamente las tardes cunden bastante, y Lola y yo leemos (bueno yo leo y ella escucha) bastantes libros e historias increíbles. Hoy nos tocó un fragmento de Alicia en el país de las maravillas, inserto en un bonito libro de literatura para jóvenes.
"La Liebre de Marzo cogió el reloj y lo miró con aire melancólico: después lo sumergió en su taza de té, y lo miró de nuevo. Pero no se le ocurrió nada mejor que decir y repitió su primera observación:
- Era mantequilla de la mejor, sabes.
Alicia había estado mirando por encima del hombro de la Liebre con bastante curiosidad.
- ¡Qué reloj más raro! -exclamó- ¡Señala el día del mes, y no señala la hora que es!
-¿Y por qué habría de hacerlo? -rezongó el Sombrerero-. ¿Señala tu reloj el año en que estamos?
-Claro que no -reconoció Alicia con prontitud- Pero esto es porque está tanto tiempo dentro del mismo año.
-Que es precisamente lo que le pasa al mio -dijo el Sombrerero.
Alicia quedó completamente desconcertada."
Antes de que Einstein publicara su teoria de la relatividad, Lewis Carroll ya escribía sobre ella. No es complarable la física con la literatura (¿o sí?), pero resulta revelador que, ahora, en el XIX o en 1905, los serecillos humanos nos preocupemos por las mismas cosas una y otra vez, una y otra vez... Resulta desconcertante que yo, como Alicia, me siga desconcertando ante la evidencia de la Liebre. Resulta reconfortante que a mi también me reconforte sumergir mi reloj en una taza de té bien caliente.